EXPERIENCIA
APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO
DEL PATRIMONIO CULTURAL,
CON PRINCIPIANTES DE 18 AÑOS DE EDAD,
EN UN MUSEO ARQUEOLÓGICO




GRACIELA
BEAUREGARD SOLÍS
Museo Regional de Antropología Carlos Pellicer Cámara
APRENDIZAJE SIGNIFICATIVO DEL PATRIMONIO CULTURAL, CON PRINCIPIANTES DE 18 AÑOS DE EDAD, EN UN MUSEO ARQUEOLÓGICO
RESUMEN / Tomando en cuenta el legado arqueológico de México, y que Tabasco forma parte del área donde florecieron grandes civilizaciones como la olmeca y la maya, en el año 2006 se inició un proyecto con el objetivo de dar a conocer la evidencia este patrimonio cultural, a estudiantes de biología, ecología e ingeniería ambiental de nuevo ingreso a la universidad. Era necesario llevarlos a hacia su patrimonio cultural debido a que las pruebas diagnósticas al inicio del curso de la asignatura Cultura ambiental (materia obligatoria para todos) evidenciaban el poco, o casi nulo conocimiento de esta riqueza. Por lo tanto, se necesitaba una herramienta didáctica y atractiva debido a que, por ejemplo, el 90% de los participantes no conocía el Museo Carlos Pellicer Cámara, el cual es uno de los más importantes del país, y se encuentra en la ciudad de Villahermosa (además de su colección de objetos arqueológicos olmecas, entre otras, toda el área maya de México se muestra en el Museo). Se diseñó una estrategia para el aprendizaje significativo del patrimonio cultural basada en los materiales A Teacher´s Guide to Learning from Objects (Durbin, Morris & Wilkinson (1990), el Proyecto Cero de la Escuela de Educación de Harvard y México: El Patrimonio Mundial en manos jóvenes. Conocer, atesorar y actuar de la UNESCO. Procedimiento: Antes de visitar el museo, se aprendió en el aula el concepto Cultura ambiental para la sustentabilidad. Esta actividad reforzó el hecho de que no conocían los objetos arqueológicos del Estado. Una vez en el museo, se desarrolló la actividad didáctica de manera que se pudiera aprender y disfrutar. La respuesta de los estudiantes fue tan alentadora que la visita al Museo continuó realizándose tres veces al año, con grupos de 30 a 45 estudiantes en cada visita, hasta el año 2013. Los procesos mentales y emocionales que se desarrollaron, permitieron evolucionar de “conocer”, al interés por estudiar, analizar y reflexionar sobre la importancia del legado de las culturas prehispánicas asentadas en Tabasco, entre los años 2500 a.C y 800 d.C.
TRAS LA ACTIVIDAD, LA EXPERIENCIA / El sentido de urgencia que me invadió al darme cuenta de que algo que era tan querido y común para mí (las visitas a los museos y el conocimiento de objetos emblemáticos de nuestra identidad), no tenía significado para mis estudiantes. ¿Qué descubriste antes/durante/tras su puesta en marcha? Antes de visitar el Museo trabajamos en el aula aprendiendo los conceptos relacionados con el tema del curso, vinculándolo con la idea del patrimonio, desde el personal, hasta el mundial. Yo no sabía cómo enseñarlo pero la bibliografía (textos especializados y revistas de divulgación) me ayudó mucho. Me sorprendió que a pesar de su edad, mis estudiantes no habían visto objetos arqueológicos como los mostraban mis revistas. Estaban cautivados. En el museo, miraban con interés y respeto. Los productos de aprendizaje siempre han sido la reproducción realizada manualmente por los estudiantes, de alguno de los objetos del Museo, trabajada con barro, lodo o plastilina, junto con su cédula informativa, con datos que demuestren el análisis y la reflexión. Se trata de responder preguntas como: a. “¿Qué argumento escribirías para evitar que quiten esta pieza de la exposición permanente? Tienes tres minutos para explicárselo al nuevo director”; b. “El presidente municipal quiere cambiar de lugar este museo. ¿Están de acuerdo? ¿Por qué sí, por qué no? Preparen un argumento en una cuartilla porque van a una entrevista” y c. “¿Cómo se relaciona esta actividad con tu vida profesional? ¿A qué se debe tu respuesta?”. El trabajo final se presenta en una sesión de clase, uno o dos días después de la visita. Descubrí que sí les interesa la actividad y que a pesar del paso del tiempo y la diversidad de dispositivos móviles y demás herramientas tecnológicas, el hecho de trabajar con plastilina, barro y lápices de colores, les agrada. Algunos utilizan sus teléfonos para tomar fotografías, pero la mayor parte del trabajo, y los productos de aprendizaje, son prácticamente rudimentarios. Yo tenía temor de trabajar con ellos como si fueran párvulos de nivel preescolar. Sospechaba que, como se trataba de adultos jóvenes, pero finalmente adultos, no quisieran trabajar con plastilina o barro, o que no les atrajera dibujar alguno de los objetos arqueológicos del museo seleccionado para la actividad. Inclusive muchas veces me cuestiono si el método es el adecuado porque estoy en el siglo XXI. A partir de tu propuesta, ¿ha cambiado tu manera de (re)pensar los museos? Yo creo que el re-pensar radica, para el caso de museos que no cuentan con muchos recursos económicos, en no olvidarnos de lo básico; es decir, de la utilización de medios elementales como las hojas de papel, el lodo, reproducciones de piezas, etc.; es decir: los recursos a la mano. De lo contrario, estaríamos limitados a no actuar. La manera en que esta actividad ha influido en el Museo, es la preparación del personal de los servicios educativos para atender este tipo de audiencia. Los guías logran que los estudiantes realicen preguntas y que se sientan como en su casa.
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