EXPERIENCIA
GUÍAS DE PALMO Y MEDIO






ALEXANDRA ISABEL FALCÃO
Museo de Lamego. Largo de Camões, Lamego, Portugal
ARTE, MUSEOS Y EDUCACIÓN
RESUMEN / El presente resumen trata del proyecto educativo del Museo de Lamego (Portugal) «Guías de Palmo y Medio», concebido con el doble propósito de fomentar una relación de mayor complicidad entre el museo y los estratos más jóvenes de la comunidad educativa y, de esa forma, otorgarle a la comunicación del museo un lenguaje más cercano, intimista y humanizado, en el marco de una museología participativa, que integre la expresión del público en la construcción de su identidad.
El Día Internacional del Niño, los niños “ocuparon”, durante una jornada, el Museo de Lamego. Se les entregó la gestión y la programación del espacio y se hicieron cargo del funcionamiento del museo, desde la dirección hasta la recepción y atención de visitantes, pasando por el acompañamiento de visitas, la concepción de material gráfico, la franquicia y el lanzamiento de un libro que incluyó una presentación dramatizada, que culminó con un cóctel.
El éxito logrado por la iniciativa que marcó para siempre a cuantos en ella participaron, tanto actores como meros espectadores, se debió a un largo trabajo preparatorio de apropiación del espacio del museo y de las obras de arte, que llevaron a cabo niños de 4. º curso de primaria (9-10 años).
Repartidas en varios grupos y sesiones que se realizaron durante las seis semanas anteriores al 1 de junio, los cerca de 30 niños se desplazaron periódicamente al museo para participar en diversos talleres que incluyeron recorridos de descubrimiento, juegos manipulativos, identificación y asociación, y talleres de expresión plástica, oral y dramática, que repercutieron de forma evidente en el sentimiento de pertenencia y de identificación con los espacios y con las obras de arte, y que se tradujo en la enorme comodidad con la que se enfrentaron al reto y encararon, ese día, las evidentes expresiones de asombro y sorpresa del público y de los visitantes, al encontrarse con el museo de palmo y medio.
TRAS LA ACTIVIDAD, LA EXPERIENCIA / A casi todos nos gustan los números “redondos”. En 2000, los milenaristas profetizaban grandes acontecimientos, pero no sucedió nada especial. Para mí, supuso el inicio de mi carrera en el Museo de Lamego, en el área del Servicio Educativo.
A lo largo de los años, he guiado cientos de visitas de público de todas las edades, he ideado y realizado numerosos talleres, actividades y formaciones. He tenido la oportunidad de acompañar la experiencia en el museo de miles de visitantes.
A la hora de pensar en un nuevo proyecto/actividad educativa, la observación sigue siendo mi mejor herramienta y aliada. Siempre he tenido la costumbre de observar el comportamiento de los visitantes del museo: la forma en la que se desplazan por las galerías, cómo se relacionan con el espacio, con las obras de arte, los unos con los otros… su expresión corporal y actitud(es), a través de las cuales se manifiesta interés/desinterés, atención/distracción, implicación/distanciamiento, relajación/tensión, empatía/aversión…
Uno de los comportamientos más frecuentes y, al mismo tiempo, inquietantes que observo en los visitantes es el de un aparente distanciamiento y ceremonia con respecto a las obras de arte y al propio espacio, que perdura a lo largo de las sucesivas salas de exposición.
La naturaleza de las colecciones, formadas, fundamentalmente por objetos de arte sacro y de ostentación, pertenecientes a los siglos XIII y XVIII, y el propio espacio en el que se encuentra instalado el museo, un palacio dieciochesco que fue palacio episcopal, invocan un tiempo y una realidad muy distantes de nuestro día a día, que más que facilitar, contribuyen a reforzar ese distanciamiento.
¿Cómo podría el museo, a través del Servicio Educativo, derribar esa barrera invisible existente entre las obras del museo y su público?
La fórmula propuesta fueron los niños. Se les invitó a unirse al proyecto con el propósito de que intermediasen en el diálogo entre los visitantes y las obras de arte. Mediante un lenguaje fácilmente comprensible, espontáneo, natural, emocional y emocionante, propio de su edad, a través del ejemplo que ofrecen los niños, gracias a su forma desenfadada y natural con la que se relacionaban y dialogaban con las obras de arte, a los visitantes, la mayor parte adultos, no les quedó más remedio que enfrentarse a su propia infancia y a su instinto, intuición y emociones, lo cual repercutió visiblemente en un cambio radical de postura y actitud durante la visita, que se volvió mucho más relajada, aunque también más atenta y participativa.
No me cabe duda de que los visitantes que participaron en las distintas propuestas de ese día vivieron una experiencia inolvidable. Visitantes franceses exclamaban: «No entiendo lo que dicen, ¡pero me encanta!».
Por su parte, de la entrevista que realicé a tres de los niños guías de palmo y medio, podemos concluir que la experiencia fue muy importante para todos ellos y que despertó su curiosidad con respecto al arte y al patrimonio, lo cual resulta beneficioso para su aprendizaje en el Colegio.
Por mi parte, si tuviese que elegir una de las numerosas actividades que he realizado a lo largo de 16 años de experiencia, no dudaría en elegir Guías de Palmo y Medio.
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